Viajar por el mundo y conocer nuevos lugares no era lo mismo hace algunas décadas. Por allá de los años 60’s comenzó el cambio en la movilización de las personas: ya no se viajaba sólo por necesidad, sino por placer y esparcimiento. Es decir, pasamos de ser emigrantes a viajeros y turistas.
Desde entonces, comenzaron a tomar fuerza industrias como la hotelera y surgieron conceptos como el marketing turístico para poder promocionar el producto de los destinos. A continuación te contaremos más sobre esta disciplina que podrías ejercer después de estudiar el bachillerato en turismo.
El marketing por sí solo se refiere a la ciencia y al arte de captar, mantener y hacer que crezca el número de clientes rentables para alguna marca que ofrece productos o servicios. Cuando se le agrega el término turístico, entonces, se habla de la atracción y la fidelización de los compradores que consumen algún producto del turismo.
No se debe confundir con el marketing de los destinos. Para empezar, este tipo de mercadotecnia promociona cierto país o región y su objetivo principal es la definición e identificación de los tipos de turistas para desarrollar productos y servicios que suplan sus necesidades. También, este tipo de marketing está gestionado por organismos públicos que son los que se encargan de crear mercado. Por ejemplo, en México la Secretara de Turismo es la que controla gran parte del Marketing de destinos.
Por otro lado, el marketing turístico, además de promocionar ciertas localidades, lo hace también con todas las empresas que forman parte del sector, tales como empresas de transporte, gastronomía, de comercio, ocio, hoteles, y más.
Desde el “boom” de los viajes para hacer turismo, el marketing se había centrado en las propiedades del producto turístico. Hoy en día, con la llegada del internet y las redes sociales el enfoque debe ser en los clientes, es decir, en los turistas y los viajeros.
A los consumidores actuales, entre otras cosas, les gusta la comunicación efectiva, consultar todo en motores de búsqueda (Google) y redes sociales, información de acuerdo a ellos con un aporte de valor, entretenerse y aprender. Asimismo, no les gusta la publicidad en el radio, los medios impresos ni en TV; tampoco los mensajes para las masas, la información estática o que les vendan directamente.
Por estas razones, es exigente y al final, es él quien toma las decisiones de compra entre todo el océano de posibilidades. Le gusta publicar su opinión y tiene con qué darla en el momento que quiera. Además, rehuye de la publicidad, pero consume información de muchas y variadas fuentes. Así, él tiene el poder de controlar la reputación de tu marca y por consecuencia, puede ser tu mejor aliado, o un troll que intente tumbar tu marca.
Como pudiste leer en los párrafos anteriores, la atención ya no se debe centrar en el producto (destinos, hoteles, restaurantes, etc.), sino en el cliente (el turista y las experiencias que puede tener). ¿Cómo lograr acercarte a él? Hoy en día es sencillo: la gente proporciona sus intereses, retos, objetivos y logros en sus redes sociales.
Con todo esto, en lugar de hacer un marketing tradicional y hacer publicidad que es muy probable que rechacen, se debe enamorar al cliente.
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