El llamado turismo gastronómico se basa en elegir un destino a partir de las características culinarias de una región. La finalidad: conocer y disfrutar de los manjares típicos, reconocer ingredientes, preparaciones y, en fin, acercarse a la cultura local a través de sus platillos. Todo ello permite a los turistas explorar lugares, sabores y culturas.
Se trata de una maravillosa forma de conocer el mundo a través de su cocina y sus costumbres.
Hoy en día, para potenciar las economías locales y apoyar el desarrollo turístico, existen las llamadas rutas gastronómicas, diseñadas para ayudar a las personas a recorrer y conocer la comida regional de manera guiada y ordenada.
Este tipo de rutas se han vuelto populares y han proliferado versiones; tantas que hoy existen rutas de vinos, de quesos, de frutas, de pastas, etc.
Tiene que ver en mucho ya que la gastronomía en muchas ocasiones forma parte de los motivos para visitar los diferentes lugares en el mundo. ¿Alguna vez te has preguntado cuántas personas vendrán a México solo con la intención de probar su comida? De hecho, la cocina mexicana está dentro de las mejores cinco en todo el mundo junto con la japonesa, la francesa, la italiana, y la peruana.
Más allá de lo que se pueda llegar a pensar, esta manera de hacer turismo no es sólo para los amantes de la comida. Y es que las rutas gastronómicas nos pueden llevar a vivir una verdadera aventura, a tener experiencias distintas, a comprender otras maneras de ver el mundo. Por supuesto, de la mano de la comida; pero ¿a quién no le gusta comer?, o ¿quién no come cuando está haciendo turismo?
Es importante resaltar que el turismo gastronómico no consiste únicamente en recorrer las casas de comidas de una región. Es mucho más que eso: consiste en involucrarse de diferentes maneras con la cultura que estamos conociendo, incluso en la producción y procesamiento de los ingredientes.
Sin ir más lejos, algunos lugares ofrecen al turista la posibilidad de acompañar todo el proceso de preparación de una comida: desde la molienda del maíz, por ejemplo, hasta la preparación de los tamales.
Como podemos ver, no es sólo para personas que son apasionados de la comida, sino que involucra una manera de acercarse a la cultura del lugar que estamos conociendo.
Esta forma de viajar es ideal para las personas que estudian Gastronomía pues les permite enriquecer sus conocimientos, ampliar su gama de sabores y mejorar sus técnicas culinarias. Un verdadero viaje de aprendizaje que no tiene ningún tipo de desperdicio.
Si te interesa la cocina y la cultura, qué esperas para comenzar a estudiar tu bachillerato en turismo con especialidad en gastronomía. Es la puerta de entrada hacia ese destino profesional gratificante.
Puedes comenzar tu proceso totalmente en línea:
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