27 junio, 2024 | Por

La carrera de enfermería es una profesión esencial en el campo de la salud, donde los profesionales trabajan de forma incansable para asegurar el bienestar de los pacientes, sin embargo como en cualquier ámbito de la atención médica, pueden ocurrir situaciones inesperadas que afecten negativamente a los pacientes. 

Estas situaciones son conocidas como eventos adversos. En este artículo, explicaremos qué son, los diferentes tipos qué hay, cómo una enfermera puede apoyar en esta situación y qué se debe hacer después de estos sucesos. 

¿Qué es un evento adverso?

Se trata de una lesión o complicación no deseada que ocurre durante la atención médica y que no es resultado del estado subyacente del paciente. Estos sucesos pueden variar en gravedad, desde errores menores hasta situaciones que ponen en riesgo la vida del paciente. 

Un evento adverso puede resultar de diversas causas, como errores en la medicación, infecciones adquiridas en el hospital, errores quirúrgicos, o fallas en la comunicación entre los profesionales de la salud.

Su identificación y el manejo adecuado, son cruciales para mejorar la seguridad del paciente y la calidad de la atención médica. Por ello, las enfermeras desempeñan un papel vital para su prevención, detección y respuesta, asegurando que se tomen las medidas necesarias para minimizar los riesgos y mejorar los resultados para los pacientes que lleguen a verse involucrados en estos sucesos. 

Tipos de eventos adversos

Los eventos adversos pueden clasificarse en diferentes categorías según su naturaleza y causa. A continuación, se presentan algunos de los tipos más comunes:

  • Errores de medicación: incluyen la administración incorrecta de medicamentos, dosis equivocadas, omisión de dosis, o administración de fármacos incorrectos. Estos errores pueden tener consecuencias graves para los pacientes y son una de las causas más comunes de eventos adversos.
  • Infecciones nosocomiales: son adquiridas durante la estancia hospitalaria, ya que no estaban presentes en el momento de la admisión del paciente. Pueden ser provocadas por prácticas inadecuadas de higiene, uso indebido de catéteres, o procedimientos invasivos.
  • Errores quirúrgicos: involucran fallos durante los procedimientos quirúrgicos, como realizar una cirugía en el sitio equivocado, dejar instrumentos quirúrgicos dentro del paciente o realizar daños accidentales en órganos.
  • Caídas y lesiones: los pacientes hospitalizados, especialmente los ancianos o aquellos con movilidad reducida, son vulnerables a caídas que pueden resultar en fracturas, hematomas, o traumatismos craneales.
  • Errores de comunicación: los fallos en la comunicación entre el personal de salud pueden llevar a una falta de información crucial sobre el estado del paciente, lo que puede resultar en tratamientos inapropiados o retrasos en la atención.

¿Cómo una enfermera puede apoyar durante un evento adverso?

Las enfermeras juegan un papel esencial en la respuesta inmediata y efectiva a los eventos adversos. Su intervención puede marcar la diferencia en el desenlace del paciente. 

Aquí hay algunas formas en que las enfermeras pueden apoyar durante un evento adverso:

  • Detección temprana: las enfermeras deben estar atentas a cualquier signo de que algo anda mal. Un ejemplo sencillo puede ser que el goteo en la administración del medicamento no es el adecuado. Por eso la detección temprana puede prevenir complicaciones mayores.
  • Comunicación efectiva: informar de manera rápida al equipo médico sobre el evento adverso es crucial. Una comunicación clara y precisa puede acelerar la intervención médica necesaria.
  • Proporcionar primeros auxilios: en caso de emergencias, una enfermera debe estar preparada para proporcionar cuidados inmediatos hasta que el equipo especializado pueda intervenir.
  • Apoyo emocional: esto ayuda tanto a los pacientes como a sus familias, manejando el estrés y la ansiedad ante un suceso inesperado. 

¿Qué debe hacer una enfermera después de los eventos adversos?

Después de un evento adverso, es importante que las enfermeras sigan ciertos pasos para asegurar la mejor atención posible y prevenir futuros incidentes:

  • Documentación: registrar detalladamente el evento adverso, incluyendo la naturaleza del suceso, las acciones tomadas, y los resultados observados. Esta documentación es crucial tanto para el análisis posterior, como para la mejora continua de la calidad.
  • Participación en la revisión de casos: colaborar en la revisión del acontecimiento adverso para identificar las causas subyacentes y desarrollar estrategias para prevenir su recurrencia.
  • Apoyo continuo al paciente: seguir monitoreando y brindando cuidados al paciente afectado para asegurar su recuperación y bienestar. Actualmente existen 16 indicadores de calidad en enfermería.
  • Educación y formación: participar en programas de capacitación y educación continua para mantenerse al día con las mejores prácticas y protocolos de seguridad.

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Los eventos adversos son una realidad en el campo de la enfermería, pero con la preparación adecuada y la intervención oportuna, las enfermeras pueden minimizar los riesgos, asegurando la mejor atención posible para los pacientes. 

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